La posibilidad -cada vez menos distante- de materializar un quinto retiro de los fondos previsionales, en un contexto de galopante crisis económica, es como intentar curar el cáncer con un paracetamol. Irreal.
Tan dañino como alimentarse de comida chatarra: saciedad sin valor nutricional. Un verdadero placebo para quienes menos tienen y que sufrirán con mayor dureza las consecuencias en el corto y largo plazo.
Abrir la puerta de los fondos de pensiones disparará la ya histórica inflación -la más alta desde los primeros años del retorno a la democracia- a niveles superiores al 10% en el segundo semestre. Mientras, las importaciones de productos e insumos registrarán alzas del 20 por ciento, lo que continuará encareciendo la canasta básica.
Así las cosas, el presupuesto familiar deberá flexibilizarse para sortear la tempestad. En ese contexto, ni siquiera un incremento del sueldo mínimo a $400 mil será suficiente. Sin embargo, el impacto no será igual para todos. Y es que sabemos que algunos tienen mayores niveles de inmunidad ante el virus de las crisis económicas.
Quienes más poseen no forman parte de la población de riesgo para la epidemia de la inflación 2022. Son aquellos que ya tuvieron ganancias siderales durante aquel 2020 marcado por los confinamientos y las restricciones. Pese a la catástrofe, los grandes grupos económicos registraron resultados históricos, gracias, entre otros motivos, a la inyección de liquidez a la economía que supusieron los primeros retiros.
Lo que ocurrirá en los próximos meses no cuesta mucho imaginarlo: a río revuelto, ganancia de pescadores. Las familias verán mermado su poder adquisitivo mientras que nuestra moneda pierde su valor. Por el contrario, las casas comerciales apostarán por los ofertones para contrarrestar la baja del consumo y enfrentar las restricciones derivadas del aumento de tasas dispuesto por el Banco Central.
Hoy la posibilidad de un quinto retiro nos pone en un escenario similar al del momento más álgido de la pandemia. De aprobarse, la inflación podría al menos duplicarse en los próximos meses, lo que abre la puerta a que los bancos y el retail comiencen a otorgar a diestra y siniestra créditos o avances a personas que no tienen más alternativas. Las instituciones financieras también ganarán en este escenario.
Dicho de otro modo, se pretende solucionar un problema temporal de liquidez con la peor de las herramientas: aumentar el dinero circulante, por encima del crecimiento de la economía, generando más inflación y más desigualdad. Las mismas empresas que han hecho de Chile un país profundamente injusto, desde el punto de vista de la distribución de la riqueza, serán nuevamente en este quinto retiro los más beneficiados.
Muchas veces dicho, pero no por eso menos cierto: los pobres serán más pobres y los ricos, más ricos.